lunes, 3 de agosto de 2015

Un solo mordisco



Un
solo
mordisco

Primera
parte











Dolor, era todo lo que sentía. Un inmenso dolor que recorría todo mi cuerpo, podía recordar todo lo que había pasado, el por que había llegado a esta situación. Sabía que no estaba muerta ya que, siempre creí que el día que eso sucediera todo cesaría, que nada sentiría, ni dolor ni pena, nada de nada.
El alma se me desgarraba poco a poco, como si una cuchilla afilada se recreara en mi interior, nunca creí que maldeciría algo de lo que hiciera o decidiera, pero así era. Cuando esa noche tan oscura como el más intenso carbón tomé la decisión de salir a correr, tendría que haberlo pensado un poco más.
Sus dientes se clavaron en mi cuerpo con brutalidad, todo fue rápido, ni se paró para ver si estaba muerta o viva. Solo me atacó y se fue satisfecho con lo que acababa de hacer y ahí me quedé tendida con la respiración entrecortada y notando como mi corazón latía cada vez más despacio. Lo único que podía hacer era esperar a que todo terminara.
Eso fue lo que hice, esperé pero nada sucedía, el tiempo pasó, no sé cuanto fue pero algo sucedió, creí estar en los brazos de un ángel que me conduciría a mi destino final y allí todo terminaría. Pero ahora que comenzaba a ser más consciente podía notar como mi cuerpo descansaba en una superficie blanda y cómoda, tanto mis manos como mis piernas se movieron unos milímetros y muy despacio, abrí los ojos esperando encontrar la blancura de lo que creí que sería el cielo. No es que hubiera sido una santa pero durante toda mi vida intenté ser buena persona, ayudando a los que me rodeaban sin causar daño a nadie.
Todo lo que me rodeaba era oscuridad y noté como algo se removía en mi interior, los ojos se me humedecieron, todo lo que había hecho mientras mi corazón latía con fuerza no había servido, no me había ganado un puesto en el cielo, muy al contrario debía de estar en lo más profundo del infierno pagando por algún acto que no podía recordar.
Intenté concentrar mis sentidos en lo que me rodeaba y moví la mano con mucho cuidado para poder reconocer algo, tenía miedo a levantarme y descubrir cual podía ser mi penitencia pero nada sucedió hasta que pude oír algo que reconocí como la respiración calmada de alguien.
No estaba sola y ello provocó que me pusiera más nerviosa de lo que ya estaba, ese debía de ser mi castigador, el que me aplicaría mi condena hasta el fin de los tiempos si es que ese momento llegaba algún día.
Arisa, deja de una vez de darle vueltas al cielo y el infierno por que no estas en ninguno de ellos.
Enmudecí ante su tono de voz, fuerte oscuro y atrayente, más que la luz para las polillas. Mi cuerpo reaccionó por entero sin que yo pudiera evitarlo, y de forma inconsciente intenté localizarlo entre la oscuridad con mi pulso acelerándose por momentos.
Tenía que pensar, tranquilizarme y ser lo más coherente posible. No es que esa fuera una de mis virtudes pero no podía seguir callada.
Por lo visto sabe quien soy —respiré hondo y mi cuerpo reaccionó ante el olor a mar que inundaba el lugar —¿quién és? ¿dónde estoy? ¿qué me ha pasado?
Estás en mi casa pude notar como se movía cerca de mi hace unas noches te encontré, estabas malherida, te habían atacado.
Que me habían atacado ya lo sabía, no hacía falta ser una lumbrera para darse cuenta, podía recordar el dolor, como esas cuchillas se clavaban en mi carne lacerando mi yugular, como la sangre iba cayendo formando un charco al rededor de mi rostro y mi corazón cada vez latía más lento, por lo mismo llegué a la conclusión de que estaba muerta, lo más normal habría sido no sobrevivir a un ataque como ese.
No debe de haber sido fácil.
Una vez más su voz alteró todo mi sistema, había algo en él, algo que me decía que a partir de ahora mi vida había cambiado.
Ser consciente en todo momento de como la vida se te escapaba de las manos.
No, no lo fue por instinto mis ojos se centraron en la dirección de donde procedía la voz.
Te estas poniendo a la defensiva.
Como no me iba a poner a la defensiva, aun no me había dicho quien era y no me atrevía a preguntarle nada más, siempre fui muy confiada con los demás pero en la situación en la que me encontraba lo único que podía hacer era desconfiar, estar a la defensiva y a la espera de lo que ese hombre pretendía hacer conmigo por mucho que mi cuerpo quisiera buscarlo y descubrir si el suyo era tan potente como su voz.
No me has dicho quién eres.
¿Eso importa?
Pues sí, la verdad es que a mi me importa estaba jugando conmigo y yo cada vez me sentía mas atraída hacia él —¿qué pretendes hacer conmigo?
¿Quieres la verdad?
Sería de agradecer —mucho más en la situación en la que me encontraba.
Pretendiese lo que pretendiese necesitaba saberlo, en mi interior sabía que mi vida me había dejado de pertenecer, estaba completamente segura de eso pero siempre fui un poco masoquista y saber que me iba a esperar me interesaba.
Entrenarte.
¿Cómo? ¿qué quieres decirme con eso?
No creo que sea tan difícil de entender, he sido muy claro al responder a tu pregunta y completamente sincero.
¿Qué tipo de psicópata eres?
¿En serio crees que soy un psicópata?
Una nota de diversión se reflejó en su pregunta lo que me saco más de mis casillas.
No me has dado muestras de lo contrario, me tienes aquí retenida, en la completa oscuridad no entendía por que contestaba y mucho menos dándole explicaciones pero no podía estarme callada, uno de los grandes defectos de mi personalidad sigo sin saber tu nombre y que pretendes hacer conmigo.
Yo no te tengo retenida, tu no has hecho por levantarte y justo en tu lado derecho hay una pequeña lampara.
¿Disfrutas riéndote de mi?
s bien disfruto de la conversación tan disparatada que estamos manteniendo.
Me incorporé no sin un gran esfuerzo, el dolor de mi hombro recorriendo mi espina dorsal y atravesando mi cabeza era brutal. Vale no estaba muerta, pero el dolor me estaba superando. Una vez más los recuerdos del ataque volvieron a mi mente, la sangre era lo que más miedo me había dado ya que, una vez que caí al suelo el dolor dejó de ser importante.
Encendí la lámpara que se encontraba justo donde ese hombre me había dicho. Mis ojos se cerraron de golpe hasta que poco a poco se acostumbraron a la luz, de inmediato lo busqué pero la potencia de la bombilla no era suficiente, se mantenía oculto a mi. Si pude ver que estaba sentado en una silla a horcajadas sobre ella.
Y sigues riéndote de mi —bien sabía él que no podría verlo.
En ningún momento me he reído de ti ni es lo que pretendo su tono de voz se había endurecido, seguramente se había enfadado pero me daba completamente igual no te voy a negar que estoy disfrutando con nuestra conversación.
No creo que esta sea una de las mejores situaciones para intimar y ver que tenemos en común pero si tu así lo ves...
En realidad lo que te espera no tiene nada de divertido, aun no eres consciente de lo que te ha pasado, ni si quiera te has dado cuenta de los cambios que estas experimentando.
No te entiendo.
¿Qué recuerdas de lo que te pasó?
Salí a correr y fui atacada por algún tipo de animal, pensé que todo había acabado que nada más me quedaba, así que llegué a la conclusión de que nada peor podía pasarme hasta que he despertado aquí encerrada por un psicópata que se está cachondeando de mi y que posiblemente después de hacer de mi lo que le de la gana me matara.
Tienes muy mal concepto de mi cada vez se lo estaba pasando mejor y yo a cada segundo me sentía mas desquiciada no tienes en cuenta en ningún momento que yo te salvé la vida.
Si me dieras tu nombre podría agradecértelo como es debido.
Pude ver como se levantaba y en menos de unos segundos la luz de la lámpara se apagó para notar su respiración a la altura de mi oído y como su cuerpo se pegaba al mío. Al contrario que la suya, mi respiración se aceleró y mi cuerpo comenzó a arder, no podía controlar los impulsos que me estaba provocando su cercanía y no entendía por que estaba reaccionando de esa manera, lo lógico tendría que haber sido que el miedo se apoderara de mi que de alguna manera, o que intentara defenderme aunque en ese vano intento todo terminara para mi.
No tendría que preocuparte tanto mi nombre como saber que fue lo que te pasó.
¿Y qué fue lo que me pasó? —mi voz sonó entrecortada, me costaba pensar con su cuerpo pegado al mío.
No fue un animal como crees, fue algo mucho peor su mano se acercó a mi rostro pero sin llegar a tocarme una criatura que ha cambiado tu vida de la forma más radical. Sigues con vida pero ya no podrás volver a lo que siempre has conocido, se acabó la seguridad y el calor del hogar tal y como lo conocías, pero eso no significa que todo haya acabado.
Lo pintas muy negro cada vez se me hacia más difícil respirar, ese aroma de mar invadía mis fosas nasales para seguido intentar regalarme una esperanza.
No todo se ha acabado, es lo que quiero que veas antes de que comprendas lo que te ha sucedido.
El miedo se estaba apoderando de mi, ¿qué o quién había sido lo que me había atacado? Tenía la extraña sensación de que todo lo que había conocido hasta el momento se iba a derrumbar. Los latidos de su corazón se aceleraron unas milésimas, ¿como podía darme cuenta de esas cosas? Intenté concentrarme, prestar atención a lo que me rodeaba. Si prestaba atención no solo podía ver el contorno de los pocos muebles que había en la habitación, llegaba a ver hasta los más mínimos detalles, así que decidí coger valor y mirarlo.
Sus facciones eran duras y definidas, de cabello corto y negro como el carbón, su nariz estaba pegada a mi mejilla, parecía que se contenía por no rozarse conmigo y yo no podía moverme, no sin que el fuera consciente.
Dime de una vez que fue lo que me pasóme costó mucho pero lo encaré, ya me estaba cansando de ese maldito juego —¿qué fue lo que me atacó y que me hizo?
Un ser sobrenatural, lo que los humanos llamáis un hombre lobo pero que esta muy lejos de la realidad, las leyendas siempre han tenido una base real.
Vuelves a tomarme el pelo, ¿un hombre lobo?
No te estoy mintiendo, nunca lo he hecho ni lo haré —se incorporó cogiéndome de la muñeca y levantándome No somos hombres lobo como textualmente dice la palabra, no somos medio lobo y medio hombres. Más bien somos hombres que albergamos el alma de los lobos y estos nos ceden sus habilidades, sus características.
¿Cómo pretendes que crea algo así?
De la misma manera que ya te has fijado en algunos detalles, como el poder escuchar mi corazón o fijarte en mi rostro en plena oscuridad.
Deja ya de tomarme el pelo.
Acompáñame.
Así lo hice, no me soltó la mano en ningún momento, abrió unas grandes puertas de madera y no pude evitar mirar la estancia cuando la luz de un inmenso pasillo la iluminó. Era una habitación de grandes dimensiones con una enorme cama de madera que lucia grandes postes en cada esquina, era sobria pero bonita, con una gran elegancia. Toda la decoración era del siglo XV o esa fue la sensación que me dio, no es que sea una experta pero siempre me llamaron la atención esas cosas.
Caminamos por ese pasillo hasta llegar a unas preciosas escaleras anchas en caracol que daban paso a una preciosa entrada. No es que fuera una casa cualquiera, más bien era una preciosa mansión de época que podía dejar a cualquiera con la boca abierta.
Salimos al exterior rodeando la casa, las paredes de piedra estaban bien cuidadas y en los ventanales de la planta baja se podían apreciar grandes rosales cuidados con esmero.
Dime a donde me llevas.
No seas impaciente, solo quiero que veas lo que te espera desde ahora y así compruebes que en ningún momento te he mentido o he querido reírme de ti.
Se estaba esforzando por hacerme ver la verdad que me estaba contando, hacía un gran esfuerzo por no elevar la voz, por entender mi postura. ¿Como iba a creer lo que me estaba contando? Todo era demasiado irreal pero desde que habíamos salido al exterior algo me estaba pasando. Los colores eran mucho más vivos y sentía la inmensa necesidad de notar la tierra bajo mis pies, quería echar a correr y no por la necesidad de huir como sería lo más comprensible.
Te sentirás mejor si te descalzas —lo miré sorprendida intentando que mi corazón se calmara, ese hombre me alteraba de una forma que no podía comprender solo es una sugerencia.
¿Puedes leerme la mente? —asintió.
No todo el tiempo —paró mirándome a los ojos eres difícil de leer, te cierras a los demás pero si puedo leer tu mente.
¿Es algún don?
Tiene que ver con lo que somos, con ser un lobo lo que me contaba era increíble, mi curiosidad crecía a cada segundo. ¿Podría yo también leer la mente? con el tiempo, sí, cuando te vincules con la manada.
Vincularme...
Paso a paso Arisa, no va a ser fácil —claro que no iba a serlo vamos, nos están esperando.
Frente a nosotros había un enorme granero, o eso pensé en un primer momento. Abrió las puertas y mis ojos se agrandaron como platos, delante de nosotros se extendía un enorme gimnasio y en el había al menos unas diez personas y unos tres enormes lobos que se peleaban entre ellos.
Todo era demasiado surrealista para mi vida sencilla y tranquila, aquello era demasiado para mi. Suspiré intentando parecer serena cuando todos pararon lo que hacían y giraron hacia nosotros, lo que hizo que mi cuerpo temblara anticipándose a lo que pudiera pasar, pero enseguida siguieron con lo que estaban, como si hubieran recibido algún tipo de orden por lo que lo miré mostrándole lo asombrada y asustada que estaba.
Todos ellos son parte de la familia, son como tú y como yo.
¿Por qué no has dicho nosotros?
Por que en realidad no somos iguales, tu has sido mordida, yo nací siendo lo que soy.
¿Soy de una clase inferior? pude notar el reproche en mi pregunta, sorprendiéndome por lo que veo eso no cambia seamos lo que seamos.
Tiró de mi mano sacándome de allí sin dejar de mirarme, la verdad es que sus palabras tal y como las había dicho me habían sentado fatal, siempre había tenido que lidiar con situaciones como esa, siempre la dichosa clase social.
¿Por qué te lo has tomado de ese modo?no dejaba de mirarme mientras me conducía de nuevo a la casa siempre han existido las clases, pero en el fondo todos somos personas.
En nada estábamos en la cocina y el estaba preparando unas tazas de té, podía olerlo a la perfección cuando conseguía separar su embriagador olor a mar del resto. No me era sencillo, su olor penetraba en mi revolucionando mi cuerpo provocándolo como un volcán en erupción a punto de estallar, deseando tenerlo cerca, lo más cerca que nuestros cuerpos nos dejaran.
Se giró y sonrió, lo cual provocó que me pusiera como un tomate, ¿cómo me iba a acostumbrar a tenerlo en mi mente? Me volvería loca si no conseguía sacarlo o bloquearlo de alguna manera ¿podía hacerse?
Si que puede hacerse pero no te lo recomiendo de momento, el proceso de tu conversión no ha hecho más que empezar y no va a ser sencillo.
Explícate.
De momento tus sentidos se están desarrollando, pero pronto tu cuerpo comenzara a sentir cambios que culminaran con la primera luna llena del mes.
¿Eso quiere decir que me convertiré con la luna llena? —tenía la sensación que mis ojos se me iban a salir, todo estaba siendo demasiado surrealista y muy bien me lo estaba tomando si todo esto no era suficiente extraño ahora si que...
La primera vez si, más siendo una convertida —me tendió la taza sonriéndome para que me calmara luego serás sencillo, lo conseguirás dominar y podrás convertirte cuando tu lo desees.

8 comentarios:

  1. Deseando leer la segunda parte ;)

    ResponderEliminar
  2. Me encanta la historia. No soy amante de los libros de fantasía, ciencia ficción. Pero si me gusta todo sobre hombres lobos, vampiros, zombis, jiji.
    Me gusta ese fuego que siente Arisa. Me gusta el nombre elegido.
    Gracias por compartir.

    ResponderEliminar
  3. Gracias chicas pronto pondre la segunda parte

    ResponderEliminar
  4. Que gran cominenzo de relato, querida.
    Deseando leer la siguiente parte. Me ha gustado mucho, May, ^-^. Besicos, Lou

    ResponderEliminar
  5. Encantador preciosa!! Dan ganas de seguir leyendo💋💋

    ResponderEliminar
  6. Guau. ¡Me encanta él! Y Arisa me hace muchísima gracia con lo que piensa jajaja. Pobrecita, va a tener que lidiar con su conversión y con él introduciéndose en su mente cada vez que pueda. Mis buenos presentimientos no me han fallado así que mañana seguiré leyendo (y ya te dejaré la correspondiente pregunta si consigo terminar las cuatro partes que tienes por aquí).

    Como bien te dije, ya tienes una nueva fan *-*

    Saludos <3

    ResponderEliminar

Tus palabras importan