Cuarta
parte
Ha
sido el mejor día de mi vida, es indiscutible, no tengo palabras
para describir lo que siento a su lado, no me arrepiento ni me
arrepentiré de haberme lanzado sin red ya que,
ahí estaba él esperando para
recogerme, para llenarme de besos y
caricias, para recomponer los trozos de mi destrozado corazón.
Sé
que no va a ser fácil, tener una pareja, una familia cuando siempre
he estado sola por mucha gente que me haya rodeado. Al principio
sentí que con lo que me había pasado con un solo mordisco esa noche
mi vida se había acabado. Por mucho que miraba al final del túnel
no podía ver luz alguna y ahora...
Ahora
tengo la posibilidad de tener una vida, de ser feliz a su lado. Kadem
me ha entregado su corazón sin reservas y aunque es algo que me da
mucho miedo, más bien pánico, voy a luchar por hacerlo feliz porque
nunca se arrepienta de amarme como lo hace. Veo el vínculo, ese
precioso hilo que nos une, que ata lo que sentimos el uno por el
otro. ¿Cómo he sido tan tonta de no darme cuenta antes de lo que
siento por él? Por mucho que haya luchado ahora soy
consciente de que he dejado que el miedo gobernara mi vida. Que el
terror formaba parte de mí como un compañero inseparable que no me
dejaba ver las cosas con claridad, ahora todo va a ser distinto,
quiero luchar por lo que Kadem me ha regalado por seguir siendo
feliz.
Su
mano acaricia mi brazo, se ha quedado algo adormilado y yo no puedo
dejar de mirarlo, de disfrutar de sus facciones, de notar como late
su corazón y como se eleva su pecho al respirar. Sé que debo de
parecer una loca de esas pero ahora puedo entender en parte lo que
les empuja a comportarse de ese modo.
La
unión ha sido algo que no esperaba, aunque aún conozco muy poco de
este mundo y las preguntas me están comiendo por dentro sé que las
contestara a todas. Me siento tan feliz que todavía no termino de
creérmelo. Cierro los ojos dejándome llevar por toda la
tranquilidad que me rodea.
No
sé exactamente cuánto llevo durmiendo pero puedo notar como sigue
acariciándome y dejando tiernos besos por mi rostro, es increíble
cómo me hace sentir con su manera de tratarme, tan tierno y
cariñoso.
—Vamos
dormilona, ya es hora de regresar —un gruñido escapa de mi boca y
los dos nos sorprendemos rompiendo a reír —. Vamos a tener que
controlar ese despertar.
—Qué
esperas... se esta tan bien aquí —.Lo miro a los ojos sin evitar
poner morros —¿No podemos escaparnos?
—Ya
me gustaría mi amor pero hay mucho que hacer.
Puedo
notar como se preocupa, el vínculo que hemos creado me deja ver lo
que siente, lo preocupado que está porque ya queda nada para que
pase por mi primera transformación, y no va a ser nada fácil por lo
que he podido ver a través de su mente.
No
quiero dejarme llevar por el miedo, no es el mismo miedo que me ha
acompañado toda mi vida, es más de esos que te invaden cuando eres
consciente de que vas a pasar por algo que no vas a poder controlar.
Siempre necesitamos controlar lo que nos rodea, es un defecto del ser
humano y lo veo lógico ya que, si controlas lo que te rodea es más
fácil controlar lo que sientes; en definitiva controlas tu vida y
eso te da una falsa sensación de seguridad.
Nos
levantamos y noto como tira de mí pegándome contra su cuerpo e
invade mis labios, recorriendo con su lengua mi interior, despertando
todo mi cuerpo con ese beso lleno de pasión de amor y lujuria.
—¿Esto
va a ser siempre así?
Mi
voz sale entrecortada mientras mi cuerpo busca contacto con el suyo.
—Sera
mucho mejor mi vida —.Se separa de mí mirándome a los ojos
sonriéndome, o más bien desarmándome por completo —es muy
normal, es tu loba que quiere tomar el control, nota el vínculo
tirando de ella.
—¿Cuándo
crees que sucederá?
Lo
miro intentando no parecer preocupada, no me gusta sentirme así de
vulnerable ante algo que no puedo controlar de ninguna manera. Le
sonrío y acaricio su mejilla, se ha puesto serio y no me gusta verlo
de este modo.
—En
pocas horas Arisa —.Mis ojos se abren y mucho, no me lo esperaba
—tu piel está ardiendo.
—Pero
yo pensé que eso era por ti.
Él
se ríe.
—No
niego que tengo parte de culpa, es muy posible que al habernos
vinculado se haya acelerado todo, aunque esta noche ya es luna llena.
No
me siento preparada pero no me arrepiento de haberme vinculado con
él. Paso mis manos por su cuello y me hago con sus labios, pongo
todo mi corazón en ese beso. No voy a dejar que se culpe, lo voy a
superar y sé que él va a estar a mi lado en cada paso, pero hay
algo que me preocupa mucho más que eso. Aún no sabemos nada del
lobo que me mordió, y temo el vínculo que me tendría que unir con
él.
Recuerdo
la cara de todos cuando se dieron cuenta de que no había vínculo
alguno que me atara a quien me trasformó y es algo que me ha estado
dando vueltas por la cabeza desde ese momento, un nudo de nervios se
instala en mi estómago solo de pensar que pueda aparecer
reclamándome en algún momento.
Kadem
tira de mi mano una vez nos hemos vestido, el cielo ya ha oscurecido
y el resto deben de estar preocupándose por nosotros.
Nada
más llegar nos están esperando en el patio delantero de la casa. Lo
miro nerviosa y una amplia sonrisa cubre su rostro, él está
tranquilo y relajado cuando caigo en la cuenta de que son una manada,
ya lo saben todo.
—Somos,
mi amor, somos una manada —dice incluyéndome.
—Aun
no me acostumbro, me cuesta.
Todos
ellos se van acercando, se les veía en la cara que lo aceptaban, que
estaban felices por nosotros.
Sin
ser muy consciente puedo notar como un montón de brazos me
envuelven, me están felicitando, me estoy dejando llevar por ellos,
por lo que me están haciendo sentir y no puedo evitar que las
lágrimas caigan por mis mejillas descontroladas, está siendo
demasiado para mí, no estoy acostumbrada a que las personas que me
rodean sean buenas conmigo.
Las
manos de Kadem me sujetan con fuerza, ha notado como me siento y como
me estoy mareando, ha logrado sujetarme a tiempo de que cayera contra
el suelo. Sus labios rozan mi mejilla, dándome fuerzas. Sé que
ahora todo va a ser distinto que ya no estoy sola, que no voy a
estarlo nunca más pero no está resultando fácil, siempre me ha
costado procesar las cosas buenas, me cuesta más enfrentarlas que
las malas.
Cuando
las aguas vuelven a su cauce puedo notar que Kadem se tensa, sigo su
mirada y ahí esta Walk, su hermano, esta serio, incluso puedo decir
que le ha molestado nuestra relación. Él no ha venido a
felicitarnos, está apoyado en la puerta de la casa con la pierna
levantada, apoyada contra el marco y no puedo evitar dar un paso
hacia atrás sintiendo odio, una oleada de odio.
El
cuerpo de Kadem se cruza en mi visión, el resto de la manada se gira
hacia Walk por delante de nosotros dos, protegiéndonos, pero lo que
no podía entender era el por qué lo hacían, que era lo que había
pasado para acabar en esa situación.
—¿Fuiste
tú? —.Un rugido escapa de la garganta de Kadem acompañando su
pregunta.
—No
sé por qué preguntas hermanito —.Aunque no me dejan ver lo que
pasa puedo notar como la burla cubre sus palabras —lo sabes
perfectamente.
—No
lo entiendo, ¿por qué? —.Noto como comienzo a marearme, me cuesta
concentrarme en su conversación —. La dejaste a su suerte, no la
reclamaste, no dijiste nada cuando la traje.
—Me
habíais descubierto, me estabais cercando, no me quedo de otra que
huir.
¿Había
sido él? Mis latidos golpeaban contra mi sien, cada vez me costaba
más respirar.
—Mi
intención era llevármela, alejarla de vosotros pero me fue
imposible, y cuando la vi en tus brazos pude notar el vínculo ya
había comenzado a formarse.
—Eres
un cabrón, sabes lo arriesgado que es, la pusiste en peligro.
Ya
no podía prestar atención a lo que decían, caí al suelo, las
piernas no me sujetaban. El dolor se había adueñado de todo mi
cuerpo y sentía que todo estaba fuera de control, intentaba luchar
contra lo que me estaba pasando. Alzo los ojos y encuentro la luna en
lo más alto, lo que hizo que sea plenamente consciente de lo que me
sucede, me estoy trasformando.
Oigo
como un rugido escapa de mi garganta, mi loba lucha por salir, por
obtener el control absoluto de mi cuerpo, de mi mente, pero no era el
mejor momento. Kadem me necesita, está sufriendo por lo que su
hermano me había hecho, veo en su mente que él no deseaba esa vida
para mí, tengo que luchar, controlar lo que me está pasando para
estar junto a él.
Kadem
se gira hacia mi junto al resto de la manada, lo supe ya que puedo
notar como intentan ayudarme, pasarme parte de su esencia para que me
sea más fácil pasar por el trance y el dolor.
Uno
que se va haciendo más intenso, insoportable. Los gritos escapan de
mi garganta en carne viva.
—Vete
—oigo a Kadem gritar —. No haces nada aquí, ella no te necesita,
no hay vínculo entre vosotros.
—Ella
es mía hermano, no voy a dejar que me la quites como todo lo demás.
—¿Que
estás hablando? —. Mi cuerpo vuelve a tensarse por un latigazo de
dolor —nunca te he quitado nada.
Abro
los ojos y puedo ver el momento en que Walk se lanza contra Kadem,
quiero ponerme en medio pero alguien tira de mí apartándome con
brusquedad. Sin poder evitar que mi cuerpo de contra un árbol para
caer al suelo de inmediato retorciéndome de dolor.
Cada
hueso de mi cuerpo comienza a crujir, estaba transformándome y el
dolor no me dejaba reaccionar. Me pongo a cuatro patas, ya estoy casi
lista pero el dolor no remite, una inmensa rabia se apodera de mi
interior y solo puedo verlo todo rojo.
—Kadem
le estáis haciendo daño, tienes que parar.
No
pude reconocer la voz, solo que era femenina.
—No
puede trasformase la primera vez de esta forma.
Ya
no tengo manos, mis cuatro patas estaban afianzadas en la tierra
firme, fría. Era una nueva sensación, todo estaba siendo nuevo,
extraño. Mis ojos no dejan de moverse observándolo todo, era como
ver el mundo por primera vez, como si lo viera todo desde un sueño
hasta que lo busque a él, lo necesitaba a mi lado y no estaba, lo
habían apartado de mí a la fuerza.
Me
impulso sobre mis cuartos traseros y los esquivo a todos ellos sin
rozarlos siquiera, era rápida y ágil, mucho más de lo que había
llegado a imaginar. No necesito enfocarlo para saber dónde está, el
olor de Kadem era especial y el de Walk...
Algo
en mí se revuelve si intento concentrarme en él, me repugna y noto
como un odio irracional crece en mi interior, me escucho rugir
lanzándome encima de él, por instinto sabía lo que tenía
que hacer. Clavo los colmillos en su yugular ya que ninguno de los
dos se había trasformado, y tengo que retener una arcada cuando mis
caninos se clavan en su carne y la sangre inunda mi boca. No podía
distraerme, perder fuerzas por nada o estaría perdida. Necesitaba
hacerlo, vengar de alguna manera lo que me había hecho y la afrenta
hacia Kadem.
La
fuerza de la embestida junto a mis colmillos en su garganta nos
llevan a estrellarnos contra un árbol que se parte por la fuerza,
puedo oír cómo se rompe su columna vertebral pero también sé que
no es suficiente. Lo suelto tirando a un lado un trozo de carne que
me había llevado conmigo, la sangre manaba de forma exagerada de su
yugular.
Salto
hacia atrás para lanzarme al segundo una vez más contra su cuerpo
ya maltrecho, no puedo parar, no logro saciar la sed de sangre que se
ha apoderado de mí, y con las zarpas comienzo a destrozar su pecho.
Las
lecciones de las semanas anteriores habían servido de mucho, mi
ataque sorpresa junto a la fuerza de mi loba no le había dado
oportunidad ninguna de defenderse, ni siquiera había logrado ponerme
una mano encima para defenderse.
—¡Basta
Arisa! —.La fuerte y potente voz de Kadem resuena en mi mente —ya
ha pasado, está muerto.
Freno,
me cuesta respirar y mis ojos, los ojos de la loba no apartan la
vista del cuerpo sin vida de Walk hasta que percibo un movimiento muy
cerca de mí. Lo enfoco pero me cuesta reconocerlo, estoy a la
defensiva, no estoy segura de que quieran atacarme, y doy unos pasos
hacia atrás hasta topar con el cuerpo sin vida de Walk.
—Vamos
Arisa necesito que regreses, sé que puedes hacerlo —.Mi olfato se
activa y reconozco a Kadem como quien me hablaba pero no entiendo que
me estaba diciendo —concéntrate mi amor, tu puedes.
Sus
palabras estaban llenas de amor, de paciencia, puedo ver que se va
acercando más a mí, despacio, con cautela, como si yo fuera
peligrosa; no lo entendía. Me había dejado llevar por la rabia, era
consciente de eso y había matado a mi creador, soy muy consciente de
lo que he hecho pero lo hice por salvarlo, no podía dejar que él
matara a su hermano, no podía dejar que pasara por eso.
Me
siento sobre los cuartos traseros sin dejar de mirarlo, el rojo que
había envuelto mi visión está desapareciendo y mi respiración se
normaliza.
Kadem
me sonríe.
—Sabes
que eres preciosa... tu pelaje es de un gris increíble y brillante,
y tus ojos dorados son impresionantes, resplandecen con luz propia.
—¿Me
estas piropeando? —.Uso el vínculo para hablarle —Yo acabo de
matar...a tu… hermano y me estas tirando los tejos.
—Me
has defendido, no es que me hiciera falta pero es lo que has hecho
Arisa.
—Yo
no podía dejar que pasaras por eso, que...
—Lo
entiendo mi amor, en serio, pero necesito que te termines de relajar
y vuelvas a tu estado normal —Kadem hecho la mano hacia atrás para
acto seguido extender una manta cubriéndome con ella —no es bueno
que sigas en tu estado animal, no la primera vez, y para ello
necesito que te calmes y te concentres, visualiza tu cuerpo humano y
volverás a tu estado normal.
—¿Y
la manta?
—No
voy a consentir que la manada entera te vea en cueros, eso es algo
que solo me pertenece a mí, amor —.Su hermosa sonrisa aparece
brillante solo para mí.
Le
hago caso, respiro hondo y me relajo. Relego las imágenes de lo que
había sucedido en un rincón de mi mente pues si seguía
recordándolo no conseguiría tranquilizarme. La energía comienza a
concentrase en mi interior, y a mi mente acuden los buenos momentos
vividos con Kadem, el día que puse mis ojos en él, esa misma tarde
cuando me había hecho el amor varias veces abriéndose a mí,
contándome lo que había pasado y como había conseguido formar una
familia después de haber perdido a sus padres, a su manada.
Mi
cuerpo comienza a volver a la normalidad, todos los huesos regresan a
su sitio, y aunque me duele, no era tan intenso como cuando me
trasformé. La verdad es que espero que la próxima vez no sea así
de doloroso.
—No
lo será preciosa —.Se acerca a mí con la manta extendida
envolviéndome en ella —no al menos con esa intensidad y cuando
pase el tiempo, será para ti como respirar.
—¿Estás
seguro? —.Sé que no me miente, soy consciente de ello ya que estoy
en su mente, en su corazón, él nunca me mentiría —No sé si seré
capaz de pasar por esto muchas más veces.
—Completamente
—.Me sonríe y se hace con mis labios.
El
fuego vuelve a mi cuerpo en el instante en que se hace con mis
labios y su delicioso aroma nos envuelve a ambos, excitando nuestros
cuerpos. Un carraspeo interrumpe nuestro momento de intimidad, nos
separamos y toda la manada nos está mirando.
—Menuda
fiera te has buscado Kadem...
Todos
ríen ante la ocurrencia del beta de la manada y yo no pude evitar
gruñir.
—Tranquila
Arisa, es un bocazas ya lo conoces, no puede evitar creerse gracioso
—Melania una de las lobas, salió en su defensa dándole una
colleja.
Fuimos
al interior de la casa después de que Kadem, del cual no me había
querido separar, y su beta se hizo cargo del cuerpo de Walk. No me
pesaba haberlo matado, lo habría hecho tarde o temprano, y si no
hubiera sido yo lo habría hecho otro, pero me pesaba no haber podido
hacerlo de otra forma. Walk había cambiado mi vida entera con un
solo mordisco, sin ser consciente y a través de un acto totalmente
egoísta, él me había entregado al amor de mi vida, mi alma gemela
y una familia que me aceptaba al igual
que yo a ellos.
Kadem
me arrastra a su habitación donde hacemos el amor hasta quedar
rendidos el uno en brazos del otro, por primera vez en mucho tiempo,
duermo tranquila y feliz en brazos de un hombre que me ama.
Fin
Me ha encantado, desde que he empezado a leerlo hasta que lo he terminado,es genial.
ResponderEliminarGracias cielo
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